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3.272 mujeres avanzan con su proceso de reincorporación

“La paz nos lleva por el sendero del amor, el perdón y la armonía”: excombatiente indígena

​​La medicina ancestral es una riqueza que tienen las comunidades indígenas. Permite valorar su conocimiento en su relación milenaria con la tierra, las plantas, los animales y sitios sagrados en sintonía con la reintegración y reincorporación de los excombatientes. Foto: Comunicaciones ARN

Riosucio , 01/03/2021
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  • Esta lideresa, que pertenece a la asociación de mujeres de su resguardo, tiene conocimientos de enfermería y medicina ancestral. 

  • Para regresar a su territorio se sometió a un ritual de sanación para atraer las buenas energías y para que la madre naturaleza la acogiera.

La medicina ancestral no solo sana el cuerpo y el espíritu, sino el territorio, donde habita María. Ella, en proceso de reincorporación, tiene claro lo siguiente. Seguiremos apostándole a la paz porque es la base de la convivencia armónica entre la sociedad y la naturaleza”.

Esta excombatiente indígena hace parte de las 3.272 mujeres comprometidas con la reincorporación. En su territorio inspira respeto por su trabajo en un proyecto piscícola que asocia a 28 personas, entre excombatientes, víctimas y comunidad, como muestra de reconciliación. “La paz nos lleva por el sendero del amor, el perdón, la armonía y la reconciliación con los demás”, dice esta madre de familia.

María estudió dos años enfermería, incluso alcanzó a trabajar en dos puestos de salud, donde terminó involucrada con el grupo armado. La condenaron a nueve años de prisión por rebelión.

La medicina ancestral es su medicina. Su alivio. Su fortaleza para caminar por su territorio. La aprendió de los mayores, quienes tienen conexión permanente con la Madre Tierra. “La medicina ancestral ayuda a la sanación, a esa paz interior que tanto necesitamos los seres humanos”, insiste María.

Estos procesos favorecen la armonización del excombatiente con las líneas culturales y productivas de su espacio, por eso la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) facilita el diálogo y el acercamiento con sus creencias.

Para regresar al resguardo, María y sus compañeros excombatientes se sometieron a un ritual de sanación para atraer las buenas energías y para que la madre naturaleza los acogiera.

Esta conexión despeja la mente y genera un equilibrio entre el cuerpo y el espíritu, como insiste esta mujer, quien pasa los días entre el campo, el proyecto piscícola, su formación académica, su labor de madre e integrante de la asociación de mujeres indígenas de su territorio.

“El proyecto productivo nos llena de orgullo, por esos lazos de unión y reconciliación que fortalecen el territorio”, reconoce la excombatiente.

María es una mujer empoderada. Lucha por los derechos y la igualdad de género, por eso es normal verla liderando campañas en contra de la violencia contra las mujeres. “No debe existir discriminación alguna”, pregona con voz fuerte.

La medicina ancestral de la que tanto hablan los indígenas sí que es importante para recuperar el tiempo con la familia e integrarse a la comunidad, a través del poder de las plantas que brotan de la naturaleza.

De eso da fe María. El grupo armado la alejó de sus costumbres, pero cuando volvió recuperó su esencia, sus hijos, su compañero sentimental, que la acompaña desde hace 10 años en este viaje para vivir en armonía. 

Datos de interés

 

  • De los 13.119 excombatientes que adelantan el proceso de reincorporación con la ARN, 3.272 son mujeres. De esta cifra, 521 se autorreconocen como parte de un grupo étnico.

  • 10.592 mujeres excombatientes han ingresado, en los últimos 18 años a los procesos de reintegración, reintegración especial y reincorporación que lidera la ARN. ​

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