Esta iniciativa es liderada por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) en el Atlántico e implementada en los barrios Villa Karla y Nueva Esperanza, en el municipio de Soledad, Atlántico, con apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La iniciativa comunitaria Semilleros Nueva Esperanza, llevada a cabo este año, en la comuna sur del municipio de Soledad (Atlántico), tuvo su jornada de cierre de año, en días pasados, en la cancha del barrio Villa Karla, lugar donde concurren más de 80 niños, niñas y adolescentes de los sectores beneficiados.
Este proyecto de acompañamiento a entornos protectores al barrio Nueva Esperanza y Villa Karla, es una estrategia que la ARN desarrolla mediante la formulación de propuestas e iniciativas socioculturales y deportivas como la música, danza y el fútbol que promueven la construcción de la paz y la reconciliación.
El municipio de Soledad ha sido el mayor receptor de población víctima en el departamento del Atlántico, después de su capital, Barranquilla. En la actualidad, cuenta con 38.000 víctimas registradas y con la presencia de 98 personas en reintegración y 113 que ya culminaron su proceso.
Este incremento de población vulnerable durante la última década, se ha sumado en la profundización de los conflictos sociales en las comunidades receptoras, afectadas a su vez por las dinámicas actuales de la violencia e ilegalidad.
Bajo este panorama, los niños, niñas y adolescentes tienen un alto riesgo de vulneración de sus derechos por cuenta de la presencia de factores de riesgo tales como: prostitución infantil, drogadicción, violencia intrafamiliar y utilización por parte de pandillas y bandas delincuenciales.
Es por ello que Semillero Nueva Esperanza aporta a la estrategia comunitaria de la ARN y contribuye con la generación de entornos protectores de los derechos de los menores que residen en estos barrios, a la vez que permite la construcción de un horizonte de reconciliación, mediante el fortalecimiento y la sostenibilidad de la capacidad instalada.