*Lucia prefiere seguir en el anonimato, ella sabe muy bien que romper las barreras de la estigmatización no es un trabajo sencillo, aun así sus palabras están cargadas de optimismo y esperanza frente a una vida recorrida en donde ha superado muchos obstáculos.
Hoy no es un día cualquiera, esta tarde, Lucia cierra un ciclo en su vida. Su tiempo en la ruta de reintegración llega a su fin y será acreditada como reintegrada a la vida civil y como una persona que cambio su camino para aportar a su comunidad.
Ella se arregló y preparó para celebrar. Tiene a su cargo, las palabras que no solo despiden un periodo, sino que también, le dan la bienvenida a nuevos retos.
Con la templanza y la determinación que la caracterizan, *Lucia se pone de pie y dirige a familiares, entidades y demás asistentes que acompañan a este grupo de 32 mujeres y hombres en su día de culminación, las palabras que ha denominado como 'la despedida de un largo camino'.
Carta: Despedida de un largo camino, por *Lucia
Hay situaciones en la vida que debemos enfrentar y obstáculos que debemos superar, pero siempre debemos saber que la vida sigue, que no se detiene, que hay un Dios que todo lo puede, que decidió que tenemos una nueva oportunidad, que nos mostró un nuevo camino a seguir.
Nadie dice que nos fue fácil, ¡para nada! El simple hecho de haber salido de allí, donde estuvimos por tanto tiempo, porque no hemos de negar que cada uno de nosotros, pasó no menos de un año en el grupo armado, hoy culminamos una etapa más en nuestras vidas.
Hubo momentos que hicimos daño. ¡Mucho! Consciente o inconscientemente y también fuera, donde debimos reparar no con moneda, sino con hechos. Nuestro servicio social con la comunidad, para muchos quizás no sea valioso, pero, para los que queremos enmendar nuestro pasado, es algo que no tiene precio.
Perdón. Es sólo lo que podemos decir ahora.
Cada paso, desde que salimos, por los que pasamos, hasta donde llegamos (CAE, casa juvenil, CROJ, ACR que en la actualidad es llamada ARN) fueron de mucha ayuda para volver a tomar un rumbo en nuestras vidas, llegar a ese gran paso como es 'nuestra reintegración a la vida social'.
Muchos nos quejamos cuando nos trataban de enseñar cada situación, pero nos pusimos a ver que cuando nos fuimos, nos reclutaron o simplemente la rebeldía o el ego nos llevaron hasta ese lugar llamado FARC, ELN, AUC o como se llame, también tuvimos que aprender.
Aprender cómo cambiar nuestra niñez por una vida de adulto; los juguetes por un arma; los cuadernos por calistenias (entrenamientos); la camita caliente, por caletas frías en el suelo o hamacas; los consejos o enseñanzas de los padres, por órdenes de comandantes y jefes. Todo debimos aprenderlo.
Esta es una nueva vida. Una nueva lección saben. Cambiamos las armas, la vida del militante forzado o voluntario inconsciente, por capacitaciones, por nuestras familias. Padres, hijos, esposos, hermanos, tíos, primos y uno que otro verdadero amigo que fuimos conociendo en el camino. Lo que llamo o mejor, lo que llamamos, una nueva vida.
Llegamos a la meta. No sólo pudimos demostrar a los demás que nosotros también merecemos una segunda oportunidad, sino a nosotros mismos, los que con esfuerzo, luchamos día a día para terminar un bachiller, una capacitación, hasta los estudios de universidad que algunos estarán haciendo.
Sacar los proyectos productivos, que nos es nada fácil llevarlos a cabo. Y con esfuerzo también sacamos a los más importantes, nuestras familias. Y demostramos que nosotros también somos personas, no animales ni bichos raros, como en un principio nos habían hecho ver, por lo que es mejor mantenernos en el anonimato para cuidar de los más amamos y a nosotros mismos.
Un "gracias" no es suficiente, para darle a cada una de las personas, que por nuestra vida pasaron.
Psicólogos, abogados, terapeutas, maestros y cada una de las personas que hicieron esto posible desde el principio. Pero ante todo, gracias a Dios todo poderoso. Gracias ARN, familiares, amigos y a cada uno de los presentes. Mil gracias.
*Identidad protegida por petición de la fuente.