¿Qué es la paz?, ¿cómo se logra la reconciliación?, fueron algunos de los interrogantes sobre los que los profesionales de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) en el Cesar y la Guajira invitaron a reflexionar a los miembros de la comunidad indígena Juruwaipaa, de descendencia Wayuu. Al encuentro llegaron un total de 80 personas de todas las edades, quienes con la ayuda de un palabrero (o traductor) les fueron explicando a los profesionales reintegradores su manera de ver el mundo, su relación con la naturaleza y con los otros.
Quien hizo las veces de palabrero fue precisamente una de las personas en proceso de reintegración con la ARN, miembro de esta comunidad indígena. "Nosotros nos reconciliamos hablando. Nos reunimos todos y hablamos. La decisión final la toma el cabildo", dijo uno de los participantes.
Este ejercicio pedagógico hace parte del proceso comunitario "Diálogos étnicos por la paz y la reconciliación", liderado por la ARN con el apoyo de la Organización Internacional para la Migraciones (OIM).
La reconciliación en imágenes
En las mesas de trabajo, cada grupo plasmó con dibujos su realidad y cómo se siente frente a su comunidad. El punto en común fue que se reconocen parte de lo que los rodea y reconciliados con su entorno, con su comunidad y con la naturaleza. "Una de las cosas que intentaron plasmar en los dibujos es que se son muy felices como están", dijo Ángela Sofía Mendez, profesional reintegradora en esta zona, y quien lideró el encuentro.
Esta estrategia comunitaria, como su nombre lo sugiere, busca crear diálogos en la comunidad Wayuu sobre temas como la paz y la reconciliación desde su cosmogonía.
Como muestra del profundo agradecimiento por el proceso implementado en su territorio la autoridad del Cabildo Gobernador invitó a los colaboradores de la ARN a participar del baile de la Chichamaya, Yonna o Danza Wayuú. El cual es un rito simbólico que representa el equilibrio social, la solidaridad colectiva y la relación entre el cosmos y el hombre.