A 15 kilómetros del municipio de Algeciras, en el norte del Huila, se encuentra la vereda El Paraíso, reconocida históricamente por haber vivido una serie de episodios de violencia generada por el conflicto armado entre las FARC y la Fuerza Pública. Hoy, sus niños y jóvenes están transformando sus realidades gracias a las intervenciones comunitarias lideradas por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización – ARN.
La niñez de la vereda El Paraíso, en el municipio de Algeciras (Huila), es hoy por hoy la protagonista de un escenario de cambio, que logra despertar nuevos comienzos y darle resignificados a sus realidades, encontrando en la formación de competencias comunicativas una alternativa para evocar la memoria y construir un presente protagonizado por escenarios de paz y reconciliación.
Así quedó demostrado al finalizar la implementación de la estrategia "Mambrú no va a la guerra, este es otro cuento", liderada por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), y operada por la Corporación Casa de la Memoria 'Quipu Huasi', que desde este apartado sector, promovió una serie de iniciativas pedagógicas y lúdicas en beneficio de la niñez.
Durante tres meses, un grupo conformado por 30 niños, niñas, jóvenes y adolescentes de la vereda El Paraíso, participó en las múltiples actividades de formación con enfoque de semilleros de comunicación que despertó en ellos el gusto por la comunicación, el arte y la cultura.
"Estos procesos son muy importantes porque así se fortalecen los entornos protectores de las comunidades que han sido fuertemente golpeadas por el conflicto, además que el enfoque utilizado permite a los niños reconocer el conflicto como parte de su historia y así construir un mejor futuro con lecciones aprendidas", afirmó Andrea González, profesional reintegradora de la ARN en Huila.
La implementación de la estrategia "Mambrú no va a la guerra, este es otro cuento", tuvo como aliada la Institución Educativa El Paraíso y fortaleció conocimientos en niños y jóvenes sobre la importancia de los tejidos comunicativos, el uso de elementos de comunicación, expresión corporal y memoria colectiva, a través de la implementación de talleres prácticos y lúdicos, implementando a su vez iniciativas deportivas, artísticas y culturales.
Con la clausura de la iniciativa, se dejaron claros los mensajes sobre la importancia de trabajar en equipo, saber comprender las realidades de la región, para transformarlas de manera creativa y, sobre todo, para continuar fortaleciendo la construcción de los sueños a partir de la transformación de los malos recuerdos que alguna vez dejó la guerra.