Durante la estadía del papa Francisco en Villavicencio, se realizó el 'Gran encuentro por la reconciliación', en donde dos excombatientes representaron a la población desmovilizada en proceso de reintegración con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), antes Agencia Colombiana para la reintegración.
Los escogidos fueron Juan Carlos, residente en Florencia (Caquetá), y Deisy en Barrancabermeja (Santander), quienes a través de su historia de vida dieron un mensaje enmarcado en la verdad, la justicia y la paz. Cerca de 6 mil víctimas del conflicto armado los escucharon y con un abrazo, símbolo de reconciliación, descargaron sus más profundos sentimientos de dolor y arrepentimiento.
El sumo pontífice, en medio del discurso, manifestó que desde su llegada a Colombia deseaba el encuentro con ellos. "Colombia, no temas a la verdad ni a la justicia. Queridos colombianos: no tengan temor a pedir y a ofrecer el perdón. No se resistan a la reconciliación para acercarse, reencontrarse como hermanos y superar las enemistades", dijo el papa Francisco.
Juan Carlos
El mensaje de Juan Carlos hacia las víctimas fue de verdad y paz. Él tiene 38 años, es de Caquetá y fue reclutado a los 16 años por las Farc. Permaneció allí 12 años y en el primer año en el grupo armado ilegal perdió su mano izquierda por la manipulación de explosivos.
Se desmovilizó a los 28 años con la idea de comenzar un nuevo proyecto de vida junto a su esposa y sus tres hijos. Actualmente lidera la Escuela Deportiva Madrid en Florencia, en donde con actividades deportivas y lúdicas busca alejar a los niños y jóvenes de entornos violentos para que no repitan su historia.
Deisy
El mensaje de Deisy fue de verdad y justicia. Ella inició su proceso de reintegración con quinto grado de primaria, en un año realizó la validación de todo el bachillerato e inmediatamente ingresó a la universidad para estudiar psicología.
Actualmente es especialista en Derechos Humanos y continúa proyectándose dentro de escenarios que le permiten aportar positivamente a su comunidad.
Desde su práctica universitaria ha estado vinculada a actividades de desarrollo comunitario como la creación de un grupo de jóvenes en la comuna No. 7 de Barrancabermeja (barrio con alto grado de vulnerabilidad) con el apoyo del SJR (Servicio de Jesuitas para los Refugiados), donde se crearon iniciativas de paz para compartir con los jóvenes de esa comunidad.
También es voluntaria en la Fundación Renacer (cuyo líder también es una persona en proceso de reintegración), acá trabaja en procesos para apoyar a hombres en rehabilitación por consumo de sustancias psicoactivas, y realiza apoyo psicosocial en una fundación encargada de atender a niños y niñas con discapacidad.
El jefe del Vaticano agradeció a quienes compartieron sus historias de vida. "Agradezco a estos hermanos que han querido compartir su testimonio, en nombre de tantos otros. ¡Cuánto bien nos hace escuchar sus historias! Estoy conmovido. Son historias de sufrimiento y amargura, pero también y, sobre todo, son historias de amor y perdón que nos hablan de vida y esperanza; de no dejar que el odio, la venganza o el dolor se apoderen de nuestro corazón".
Todo el equipo de profesionales de la ARN en Meta y Orinoquía estuvo acompañando la jornada que contó además con la asistencia de más de 200 personas en proceso de reintegración.