Gracias a las Escuelas de Perdón y Reconciliación, conocidas como ESPERE, un grupo de ciudadanos, conformado por personas excombatientes en proceso de reintegración, y personas de comunidades vulnerables del oriente de Cali, en su mayoría afectadas por el conflicto armado, participaron conjuntamente en actividades para superar el dolor y reconstruir sus sueños, y para adelantar iniciativas de beneficio comunitario.
Se trata de un proceso de formación que inició en el mes de junio en Cali, liderado por la Fundación para la Reconciliación, con el apoyo de Coca-Cola FEMSA, la Fundación Paz y Bien y la Agencia Colombiana para la Reintegración –ACR–. La primera parte del trabajo incluyó sesiones de formación en temas de reconciliación, perdón, convivencia, desarrollo personal, entre otros.
Como resultado de esta metodología y con el fin de dar muestra de reconciliación, cada fin de semana este grupo de excombatientes trabajaron articuladamente en la construcción de un auditorio comunitario en el Ecoparque Los Písamos, en el embellecimiento de la zona y en la elaboración de un mural alusivo a la reconciliación. En total, fueron 80 horas de trabajo comunitario, que hicieron de manera voluntaria y sin recibir remuneración alguna, con el apoyo de entidades como el DAGMA y la Asesoría de Paz de la Alcaldía de Cali.
Con el fin de dar a conocer los resultados de todo este trabajo y certificar a quienes participaron de estos ejercicios, este domingo 6 de diciembre se realizará un acto de cierre de todo este proceso de las Escuelas de Perdón y Reconciliación en Cali. La cita es a partir de las 10:00 am en el Ecoparque Los Písamos, barrio Marroquín II.
Rocío Gutiérrez, coordinadora regional ACR Valle del Cauca, informó que "el servicio social que se hizo en Marroquín II y todo el trabajo alrededor de las Escuelas de Perdón y Reconciliación son una muestra de cómo se está construyendo paz en el territorio, de cómo los desmovilizados están comprometidos con la construcción de paz a través de acciones concretas y de cómo las comunidades están dispuestas a recibirlos".
Testimonios
Sandra es una mujer desmovilizada de las Farc, que duró 14 años en ese grupo armado ilegal. Hoy está avanzando en su proceso de reintegración a la legalidad, que lidera la ACR. Terminó su bachillerato y está estudiando Mercadeo y Finanzas. Ella integra este grupo de ciudadanos que se certificarán el domingo, luego de recibir formación en perdón y reconciliación, y trabajar en el servicio social en Marroquín II.
"Ha sido una labor muy bonita, bastante constructiva, aprende uno demasiadas cosas, más que todo a reencontrarse con uno mismo, a perdonar a las demás personas, a aceptar a la sociedad y que la sociedad lo acepte a uno", comparte Sandra.
A su turno, la hermana Alba Stella Barreto, directora Fundación Paz y Bien, señaló: "Para mí es muy importante este proceso de Escuelas de Perdón y Reconciliación, con víctimas, ofensores y reinsertados porque es mostrarle a la comunidad que es posible la reconciliación. He estado conversando con las personas que participan y no saben el nivel de alegría que tienen de saber que pudieron encontrarse con una persona que hace un tiempo era su enemigo y su potencial ofensor y depredador. Esto nos da la oportunidad de pensarnos estrategias para la construcción del proceso de paz".
¿Qué son las Escuelas de Perdón y Reconciliación?
La ESPERE son un proceso pedagógico, de trabajo grupal, que vincula a personas que han vivido desde diferentes perspectivas situaciones de violencia y del conflicto armado, con el fin de asumir esas realidad, superar el dolor y los sentimientos de rencor y venganza que limitan el goce de la vida. Asimismo, busca que haya procesos de justicia restaurativa y establecer pactos que garantice la no repetición de las ofensas. Esta metodología del programa ESPERE recibió en el año 2006 reconocimiento de la UNESCO.
(*) Nombre cambiado a petición de la fuente.