Estudiantes de colegios "Fe y Alegría" y "Don Bosco" generan acciones de reconciliación en sus comunidades.
"La realidad de mi barrio no es muy buena debido a la existencia de fronteras invisibles por la lucha entre bandas que dividen los barrios", explicó Andrea Cervantes, estudiante de noveno grado en el colegio Fe y Alegría, ubicado en el barrio Rebolo, en Barranquilla. La joven participó en la elaboración de un modelo de negociación participativa, denominado 'Saberes de paz con mirada de juventud en el barrio, la cuadra y el hogar', realizado por ella y sus compañeros, estudiantes de esa institución y del Colegio Don Bosco, ubicados en ese sector del sur oriente de Barranquilla.
"Ahora con el proyecto pretendemos cambiar esa realidad y que nuestro barrio tenga una nueva cara e identidad", agregó convencida del producto obtenido y durante el cual aprendió acerca del conflicto en Colombia, identidad política y la reconciliación, cuando antes muy poco le prestaba atención, según manifestó.
El modelo de negociación participativa, en el que la Agencia Colombiana para la Reintegración, como entidad constructora de paz, fue implementado a partir del trabajo conjunto de los jóvenes en sus colegios, su barrio, su cuadra y su familia. "Mi cuadra siempre ha sido conflictiva por disputas entre vecinos, muchas veces debido a que hablan mal de otros y se arman las discusiones", dijo Andrea, agregando que esa situación está siendo intervenida a través de charlas con la comunidad y poniendo en conocimiento de la gente que el perdón y la reconciliación nos benefician a todos.
La negociación participativa en el barrio
Al respecto, Andrés Echeverría, coordinador de la Agencia Colombiana para la Reintegración en el Atlántico, señaló que "una de las propuestas de la plenaria realizada por los jóvenes establece necesario estimular el trabajo en el aula de clase con los estudiantes, los docentes, los padres y las comunidades con el fin de fortalecer la cultura de paz, la no violencia, la comprensión y práctica de los Derechos Humanos, la ciudadanía democrática, la convivencia y la transformación positiva de los conflictos."
Esta problemática está planteada en dicho documento, en la presencia y enfrentamiento de pandillas juveniles, alto porcentaje de jóvenes desescolarizados, mal uso del tiempo libre, micro tráfico de estupefacientes, alto consumo de alcohol y drogas, prostitución y abuso sexual que a su vez, inciden en la configuración de dinámicas delictivas y presencia de las violencias en la zona: hurtos, violencia intrafamiliar, lesiones personales y homicidios.
Echeverría agregó que se elaboró un documento que contiene el currículo de "Cátedra por la Paz", para que sea incluido en el Proyecto Educativo Institucional (PEI) en las Instituciones educativas de la localidad, lo cual garantizará la sostenibilidad de la iniciativa.
No obstante, es necesario precisar las vías de implementación para garantizar la apropiación de la iniciativa en el territorio. "En este sentido, la comunidad académica supone un motor viable de impulso no solo para avanzar en la educación para la paz, sino como espacio que además de albergar niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) permite la interacción e inclusión de otros miembros de la comunidad, representados inicialmente por los mismos padres de familia", puntualizó.