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Historias de reconciliación

El amor que nació entre una ex combatiente y un militar

​Pie de foto: Leidy dice que lo mejor de su vida ahora es ganarse su propio dinero dignamente. 

Puerto Rico , 04/11/2015

Leidy Martínez y Jairo Muñoz no coinciden en muchas cosas. Ella es calmada, él un poco más diligente. Él ama profundamente al Ejército Nacional, ella se enfiló en las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) cuando apenas tenía 12 años. Aun así hoy conforman una familia y están sacando adelante un negocio de venta de pescado y pollo.

Mientras lava unos trapos para limpiar unos refrigeradores, Leidy comenta que terminó metida en un grupo al margen de la ley por las malas amistades y quizá, según ella, porque en su casa le faltaba apoyo familiar. "No tenía un lugar fijo para quedarme. Estaba entre la casa de mi mamá y de mi tía. Igual no tengo justificación", expresa.

En 1999, Jairo estaba pidiendo su baja en el Ejército, pues fue herido en combate, ese mismo año Leidy estaba empezando como cocinera en las Auc. "Una muchacha me invitó y me dijo que solo nos iba a tocar cocinar, pero una vez allá ya me vi metida de lleno", relata Leidy.

Hace seis años ambos coincidieron en el Puerto Rico (Meta) y decidieron luchar por un matrimonio en el que ya tienen una bebé de seis meses.

Al preguntarle a Jaime por cuál fue su postura cuando supo cuál era el pasado de Leidy, él responde que al pasado hay que dejarlo atrás y que hay que abrirle las puertas a lo nuevo, que en este caso es el negocio de venta de pollos y pescado que montaron con tan solo $ 500 mil.

Partiendo diferencias

"A veces le cuestiono por qué ella tuvo que haber cogido esos pasos. Yo le dije que si quería trabajar con algún grupo lo hubiera hecho con el Estado, a lo legal", agrega Jaime, quien a pesar de solo haber estado siete años en el Ejército asegura seguir siendo fiel a esta institución.

Por su parte Leidy dice no estar orgullosa de lo que hizo, pero se siente feliz porque a pesar de que ha tenido que sortear diversas dificultades considera que ahora está encontrando su sitio.

"Le compramos el pollo y el pescado a los campesinos de las veredas y nosotros les distribuimos a las personas del pueblo. Es una cadena que nos beneficia a todos", explica Leidy sobre el mecanismo que usa para las ventas en Surtipezpollos, como llama a su pequeño local que hoy tiene ubicado en su casa.

Ella hace poco hizo un préstamo en una entidad bancaria y pudo comprar un refrigerador, dos termos y una pesa. "Hoy podemos vender diario $800 mil. No es todo ganancia porque aún trabajamos fiando, pero no nos podemos quejar", asegura Leidy.

Recientemente Leidy y Jairo compartieron una alegría más, pues é logró quedarse con una curul como Concejal en Puerto Rico. "Estamos muy contentos porque seguimos triunfando juntos", comenta Jaime.

De la gran diferencia de estar combatiendo a estar en la sociedad, Leidy agradece que hoy en día es su jefe. "Nadie me da órdenes, estoy con mi familia, estoy con mis hijos y estoy ganando mi plata dignamente, no le estoy haciendo daño a nadie, eso es lo bonito de mi vida ahora".

A futuro esta pareja quiere tener un local propio y pasar de ser un negocio pequeño a una distribuidora que, anhelan ellos, sea la mejor del municipio y pueda surtir minimercados y tiendas de las veredas.

Pie de foto: Leidy dice que lo mejor de su vida ahora es ganarse su propio dinero dignamente.

 

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