Mensajes de paz, amor, perdón y reconciliación plasmados en alcancías en forma de conejo, hechas por los mismos ex combatientes, fue el regalo que un grupo de desmovilizados en proceso de reintegración compartió con los niños y jóvenes en condición de discapacidad de la Fundación La Nueva Estrella, en el municipio de Bosconia.
En las instalaciones del ancianato del municipio de Bosconia parecía como si el tiempo hubiera quedado detenido. Aquellos hombres que una vez pertenecieron a la guerra, volvían a recuperar su espíritu de niños. Se les veía cortando piezas de colores, ensamblando, pegando, creando e incluso ayudando a dibujar a los pequeños.
Estaban por primera vez frente a un grupo de personas que los recibían sin juicios sobre su pasado, sin críticas por sus malas decisiones, sin miedos, rencores o estigmas. Incluso siendo sus familiares víctimas del conflicto armado, les daban una nueva oportunidad de reintegrase a la sociedad, de resarcir los errores, de reconciliarse.
Aquella tarde los excombatientes se dedicaron a hacer con sus propias manos un regalo para estos niños. El objetivo era alegrarles el día, sacarlos de la rutina diaria que les impone sus mismas discapacidades.
Una a una, comenzaron a ensamblarse las alcancías de colores, y uno a uno, los ex combatientes comenzaron a plasmar sus mensajes de reconciliación. Mensajes que regalaron a cada uno de estos niños y sus familiares.
"Hay que perdonarse", dijo Ana Josefa Grace, representante legal de la fundación La Nueva Estrella, sobre por qué acepto abrirle las puertas de la Fundación a este grupo de hombres.
Al final de la actividad, los ex combatientes dijeron sentirse conmovidos por el amor con el que los recibieron. También se sintieron satisfechos al saber que, al menos, por unas cuantas horas, lograron brindarles algo de felicidad y compañía a estos niños y jóvenes.