Ansiosos estaban los jugadores de los tres equipos conformados por estudiantes, personas en reintegración, profesionales de la ACR y la Alcaldía Municipal que jugaron para recordar que el perdón y la reconciliación son necesarios para alcanzar la paz.
Sin árbitros, que el primer gol fuera anotado por una mujer, pues los equipos eran mixtos, y un abrazo de reconciliación si se cometía alguna falta fueron las reglas para que el balón empezara a rodar.
Dora Vélez, ex combatiente y goleadora de la noche, dijo que jugar fue "chévere" porque pudo cambiar su rutina. "Estos espacios nos recuerdan que tenemos que estar unidos si queremos la paz, pues ésta tiene que empezar por cada colombiano", manifestó.
Julio Zuluaga, estudiante del Colegio Departamental La Esperanza, afirmó que la enseñanza que se llevó fue que para divertirse hay que hacerlo con tolerancia y aceptando a todos sin ningún tipo de estigmatización.
Fanny Rojas, representante de la comunidad, dijo que en estas actividades se viene a fortalecer la paz y a tratar de que los jóvenes estén, a través del deporte, bien encaminados.