- 20 personas, entre las que se encuentran excombatientes de grupos armados ilegales, vivieron durante un mes el piloto de 'Musicoterapia para la reintegración'.
- Esta iniciativa trabaja con la música como elemento para superar algunos trastornos de estrés postraumático que pueden presentarse en las personas que dejaron la guerra y realizar cambios positivos en los individuos a nivel emocional, social, de comportamiento e incluso de su estilo de vida.
Según las cifras de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), el 90 por ciento de las personas que abandonan la guerra padecen de estrés postraumático o alguna afectación sicológica, debido a lo que vivieron en el conflicto armado. Este número llamó la atención de dos jóvenes estudiantes del Berklee College of Music, Ana María Villa y Esteban Roa, quienes se pusieron en la tarea de ir a la capital musical de Colombia, Ibagué, durante un mes, y poner la magia de la música a disposición de estas personas.
Este proyecto piloto incluyó tres enfoques: construcción de comunidad, aceptación de sí mismo y música para la relajación. "Usamos los elementos de la música para enfatizar estas tres áreas de trabajo. Implementamos ejercicios de percusión en grupo, que ayudan a la construcción de comunidad; también otras actividades en donde la música vocal permitió la relajación de los participantes y otra en donde los géneros, la letra y las historias de las canciones, hacen que las personas se expresen y reflejen sus sentimientos y vivencias", explicó Roa.
Joshua Mitrotti, director general de la ACR, resaltó que estas técnicas pueden ayudar a conectar a los individuos con un proyecto en la legalidad. "El arte, la cultura y el deporte son un nuevo escenario para la Colombia del futuro y ayudan a romper los ciclos de violencia", destacó el Director y agregó que este proyecto entrega nuevas herramientas, conocimiento y capacidad metodológica para trabajar de la mano con las comunidades y mostrar escenarios de vida distintos lejos de la guerra.
¿Por qué la música?
Karen Wacks es entrenadora clínica y coordinadora del Departamento de Musicoterapia en Berklee. Ella ha trabajado la musicoterapia con varias poblaciones, entre ellas personas que padecen de alzheimer, autismo, problemas sicológicos y niños soldados en Uganda. Wacks explica que el poder de la música para tratar a las personas es muy fuerte. "Cuando trabajas con música trabajas el componente emocional, ves lo que pasa por el cerebro y reconoces factores que te entregan información referente a las emociones, y se puede hacer rápido, ese es por qué usamos musicoterapia sistemáticamente", señaló la experta.
"La música nos permite llegar a emociones y sentimientos que las personas han experimentado hace mucho tiempo y traerlos de nuevo. Hacerlos sentir, en el ahora, cómo era su vida cuando estaban felices, o cuando se sentían sanos, incluso potenciar las partes sanas del cuerpo", agrega Wacks, quien también acompañó la implementación de este piloto.
El piloto
Cerca de 20 personas desmovilizadas, sus familias y profesionales reintegradores de la ACR en Tolima, se beneficiaron con las sesiones de música. Talía Manchola, profesional reintegradora en la región, participó en los talleres. "La música tiene un simbolismo dentro de lo que es el arraigo y la memoria afectiva, aquí empezamos a enlazar la historia de vida de la persona en reintegración e, incluso, un re significado de la misma", comentó la reintegradora.
Y, la música logró su objetivo, Juan José*, un joven desmovilizado, cuenta que en los talleres aprendió a relajarse y a concentrarse. "Aprendí a sentir cómo mi cuerpo me indica cuándo está cansado. Hay una tranquilidad muy especial, no pensé que con la música se pudiera lograr esto, me hizo sentir bien conmigo mismo", señaló el joven.
La Reintegradora compartió que los talleres incluyeron actividades con instrumentos de percusión, composición, ejercicios de escucha y concentración, así como de relajación y atención. "Las sesiones permitieron entender mucho mejor el cuerpo de cada quien. Algo que nos pareció muy valioso fue que algunas personas desmovilizadas asistieron con sus familias, sus niños, lo cual nos permitió vivir un ejercicio muy completo", dijo Manchola.
Para Ana María Villa, estudiante de musicoterapia de la universidad con sede en Boston (Estados Unidos) con estos talleres quedó claro que somos un país muy rico y diverso. "Sin embargo, hay muchas cosas que unen a la comunidad y hay muchas formas de enlazar sentimientos a través de la música", indicó la estudiante.
Luego de este piloto, la ACR estudiará el impacto positivo de su desarrollo y, los estudiantes de Berklee, entregarán un informe con la información recogida durante las sesiones. La propuesta es que se siga contando con el apoyo de esta Universidad, para que los beneficios de la musicoterapia lleguen a más personas en reintegración que residen en otras regiones del país.
De
izquierda a derecha Camilo Rojas, del grupo de Cooperación, Relaciones y
Alianzas Estratégicas de la ACR; Karen Wacks, coordinadora del Departamento de
Musicoterapia en Berklee; Alejandro Garzón, del grupo de Cooperación,
Relaciones y Alianzas Estratégicas de la ACR; Esteban Roa y Ana María Villa,
estudiantes de musicoterapia de Berklee, y Cindy Albert Link, vice presidenta
senior de Desarrollo Institucional de Berklee.