En Colombia hay un proceso de reintegración para las personas que abandonan los grupos armados ilegales que se ha convertido en un ejemplo para el mundo y, es la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) la entidad responsable de ejecutar esta política. Con el fin de mejorar las metodologías que permiten la reintegración de los excombatientes, Joshua Mitrotti director de la ACR visitó Centro América, se reunió con la premio Nobel de Paz Rigoberta Menchú y conoció de primera la mano la experiencia en la construcción de paz en esta zona del mundo.
Guatemala, Honduras y El Salvador, países que han padecido el conflicto armado y que han firmado acuerdos de paz, fueron objeto de la visita de Joshua Mitrotti, director general de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR).
En Ciudad de Guatemala, el director general de la entidad se reunió con la premio Nobel de Paz, Rigoberta Menchú, quien fue la persona que lideró el proceso de paz durante los 5 años de su duración (1991 – 1996) que terminó con 36 años de guerra civil de su país entre el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala, que eran cuatro guerrillas conformada por grupos indígenas que se hacían llamar Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), la Organización del Pueblo en Armas (ORPA), las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).
Menchú explicó a Mitrotti que al inicio de las negociaciones de paz en Guatemala, toda la sociedad estaba unida en el marco de la firma de los acuerdos, pese a la desconfianza generalizada entre las comunidades indígenas y los representantes del Estado y, aconsejó al Gobierno colombiano en que los acuerdos a los que se lleguen ante una eventual firma entre el Gobierno y las Farc, deben tener un seguimiento permanente para evitar que los acuerdos queden únicamente a nivel institucional y sin un seguimiento en la implementación, como sucedió en ese país centroamericano.
Entre los temas fundamentales adicionales para tener en cuenta, según la excandidata presidencial Menchú, para construir la paz es necesario tener una política de distribución de la tierra y seguridad jurídica, una agenda socioeconómica incluyente con toda la sociedad, incluso con quienes se desmovilicen, acompañado de un esfuerzo institucional que se enfoque en el desarrollo del territorio y sobre todo, cumplir con los compromisos del acuerdo, especialmente aquellos que consideren políticas incluyentes para cada sector poblacional.
Por tanto, Colombia y Guatemala con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid -por sus siglas en inglés-) esperan llegar a un acuerdo conjunto que permita la prevención de nuevas formas de violencia.
En Honduras, Joshua Mitrotti dialogó con distintos organismos que trabajan por reducir la violencia y atenuar la problemática con las pandillas que conforman las Maras Salvatrucha, que es una organización dedicada al crimen organizado y narcotráfico con presencia en Guatemala, Honduras y El Salvador.
En cuanto a esta problemática, la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social de Honduras desarrolla programas que intentan prevenir que los menores de edad caigan en la delincuencia, la violencia y vela por los Derechos Humanos. El coordinador de esa entidad es Gerson Cárcamo y señaló que "se atiende principalmente a menores infractores a partir de la problemática de las Maras. En este sentido, nos interesa el conocimiento de la ACR e iniciar trabajo conjunto, de tal forma que se pueda generar un intercambio de metodologías".
Este intercambio de experiencias con Guatemala, Honduras y El Salvador, la Agencia Colombiana para la Reintegración también coopera y recibe cooperación de Burundi, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas, Holanda, Mozambique, Nepal, Sri Lanka, Suecia, República Democrática del Congo, Timor Oriental, entre mucho otros.