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¿Quién es quién?

Comidas rápidas le abrieron las puertas a una nueva vida

​Pie de foto: Constantemente los clientes llegan hasta uno de los locales que tiene Manuel, quien asegura que todos los días vienen clientes nuevos.

Villavicencio , 20/08/2015

Sereno y con cálida sonrisa, así se ve Manuel sentado en una mesa blanca de su negocio de comidas rápidas ubicado en Villavicencio. Con un papel en su mano, que no para de enrollar, relata cómo su vida se deshizo en segundos cuando pisó una mina anti persona durante su estadía en el grupo armado ilegal.

Hace 9 años, siendo menor de edad,  él recorría trochas de alguna selva colombiana, ahora tiene tres locales de comida rápida en la ciudad. "Acá es bueno porque la cuestión de la comida siempre se vende", asegura sin quitar la mirada a su hermano que, mientras él da la entrevista, se encarga de vender las empanadas, papas rellenas y chorizos que recién acaban de sacar del aceite hirviendo.

Próximo a cumplir sus 18 años Manuel llegó a un centro de salud donde tuvieron que amputarle la pierna izquierda. Como Manuel, en Colombia, el 69% de los reclutados son menores de quince años. Mientras que hace siete años el promedio se situaba en 12,9 años, hoy los niños y niñas son reclutados en promedio a los 12 años de edad. Estos datos se pueden encontrar en el estudio 'Como corderos entre lobos', realizado por la periodista y politóloga Natalia Springer.

Nueva vida con 'Sabor costeño'

Mirando nuevas alternativas en Villavicencio, solo, pues dejó a su esposa y a su hija en el lugar de donde es oriundo mientras lograba "acomodarse", Manuel invirtió el dinero que le dieron por la venta de su papelería en un pequeño local de comidas rápidas, donde el fuerte son las empanadas, una receta que él dice haber aprendido desde pequeño.

En la actualidad ya son tres los negocios que tiene a su cargo. "Tengo trabajando a mi hermana y a mi hermano, y sus respectivas parejas. La única que no he podido convencer de que se venga es a mi mamá, ¡es que es más terca!", exclama.

Ahora su meta es llegar a montar otro negocio, seguir creciendo para emplear a su grupo familiar y seguir progresando. "Siempre he sido un hombre que cumple con sus obligaciones y me gusta estar luchando por mi familia. No quiero que ellos pasen las dificultades que yo pasé".

Manuel remata su historia diciendo que la ACR fue su apoyo y agradece por ello. "¿Les digo por qué? Porque tuvieron la confianza de soltarme la plata con la que yo empecé todo".

Pie de foto: Constantemente los clientes llegan hasta uno de los locales que tiene Manuel, quien asegura que todos los días vienen clientes nuevos.

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