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Excombatientes y esposas de reintegrados mejoran condiciones de vida a través de la danza

Mujeres que se liberan del peso de la guerra a ritmo oriental

​Pie de foto:  aquí durante una sesión de entrenamiento  

Santa Marta , 10/08/2015

"La danza oriental no es solo mover las caderas, sino que va mucho mas allá. Es un sistema unido a la sabiduría que habla de sanar a la mujer a través de la danza, donde utilizamos afirmaciones de poder y hacemos un trabajo de chacras y colores; y así vamos sanando los arquetipos enfermos de la mujer en la sociedad", dice Atonina Canal, quien asegura que una manera de aportar un granito para la paz es mediante la sanación de la mujer y su empoderamiento. "Una mujer feliz y empoderada comienza a resolver su vida de otras formas, se relaciona mejor con sus hijos y con su entorno. La mujer es el útero, es el centro del hogar y de la sociedad. Y la danza es un ritual de felicidad", agrega.

El diplomado se lleva a cabo en la ciudad de Santa Marta, y tiene una duración total de 96 horas, divididas en cuatro módulos. Está dirigido a mujeres excombatientes, esposas de personas en proceso de reintegración y funcionarias de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV), el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Consejería Departamental de Mujeres.

Se trata de sentirse feliz

"Durante el taller he aprendido a tener mas confianza en mi misma, a ser mas desprendida a salir de los problemas, a expresarme como soy, a conocerme, a relacionarme con otras personas. También me di cuenta que sí puedo bailar y que antes era muy triste. Uno mismo se cohíbe y se amarra, y esas son ataduras que uno carga. Por eso es importante aprender a sacar todo eso y ser feliz, por que la vida es solo una", dice una de las participantes del diplomado, esposa de uno de los excombatientes en proceso de reintegración con la ACR Magdalena.

El primer módulo terminó este viernes 7 agosto, y el segundo módulo continuará el próximo 31 de agosto. Luego de 5 días de baile, introspección, ejercicios de apertura de los chacras, juegos con los colores, trabajo femenino y conocimiento personal cada una de las mujeres que hizo parte de este diplomado dice sentirse otra.  "Es un espacio muy lindo por que todo el mundo le abre a uno el corazón. Lo que mas me ha gustado es la libertad que uno tiene para soltar lo que tiene reprimido; por ejemplo, en mi caso, cargaba con muchas cosas y las he soltado de tal manera que me siento renovada", concluye una de las mujeres en proceso de reintegración.  

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