Popayán fue escenario de un primer encuentro regional en el que distintos actores del conflicto armado colombiano reflexionaron sobre las experiencias de reintegración, sus aciertos y desaciertos, de cara a los Diálogos de Paz.
Mientras el país se movilizaba en rechazo al ataque de las Farc en el municipio de Buenos Aires, en el norte del Cauca, en el que resultaron muertos 11 soldados y heridos más de 20, Popayán era escenario de trascendentales reflexiones para el postconflicto, durante el primer foro regional 'Reintegración desde el Cauca: Lecciones Aprendidas', que lideró la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) con el apoyo de la Gobernación del Cauca y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP-OEA).
Este espacio logró que actores que han abandonado grupos armados y se han reintegrado a la sociedad civil contaran sus historias alrededor de sus experiencias de retorno sostenible a la legalidad, entre ellos, ex integrantes del M-19, Quintín Lame, las Autodefensas Campesinas de Ortega y del ELN.
En el evento también participaron líderes de comunidades como la Batánicos y Piedra de León, donde se asentaron grupos de guerrilla, quienes también compartieron lo complejo de convivir con grupos armados ilegales en esa zona del Cauca.
Rikard Nordgren, subjefe de misión de la MAPP-OEA señaló que para avanzar hacia la construcción de paz se requiere del concurso de todas las comunidades dentro de los procesos de reintegración. "La reintegración, la reparación y la reconciliación deben ser un proceso integral, no se puede dar un trato fragmentado a un tema que concierne a todos los sectores", expresó, tras agregar que: "No conozco ningún proceso de Colombia, ni del mundo, donde no haya habido disidencia, lo importante es pensar cómo se va a tratar eso".
En el evento también intervinieron Esneyder Cortés, director programático de la ACR; Álvaro Villaraga, director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica; Diego Bautista, asesor de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, entre otros. También contó con la participación de los coordinadores regionales de las oficinas de la ACR en Cauca, Nariño y Valle.
Algunas experiencias compartidas
Edison Gómez, reintegrado y ex militante del ELN, insistió en que la lucha armada no es la vía para construir oportunidades, tejido social ni garantías de equidad social. "El pueblo colombiano está cansado de esta guerra. Estando en el grupo sentí la necesidad de que toda esta gente no quiere poner más muertos", expresó.
Amadeo Cerón, ex integrante del M-19, dijo que al retornar a la legalidad, fueron fundamentales los escenarios académicos, pues facilitaron que los excombatientes permanecieran en este camino. Como falencias, señaló que todos los procesos productivos de esa época fracasaron y que es un aspecto que se debe trabajar de otra forma en el futuro.
A su turno, Eduardo Fiscué, del Quintín Lame, dijo que ellos se dieron cuenta de que la violencia no servía de nada y por eso decidieron dejar las armas en el 91 y compartió que en esa época se creó un centro de formación manejado por la comunidad (el resguardo de Pueblo Nuevo, municipio de Caldono) por el que han pasado numerosos jóvenes de la región.
Las memorias de este encuentro se compilarán en un documento base que será entregado a la Mesa de negociación de La Habana, con el fin de exponer, con estos casos reales, las lecciones aprendidas en el territorio caucano, con relación a la desmovilización y reintegración de grupos al margen de la ley, según informó la Gobernación del Cauca.