La Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) acompañó la socialización de los resultados de una investigación, que se compiló en un libro, con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En el texto se resalta el proceso, dificultades, logros y aprendizajes de cuatro experiencias de Reconciliación.
El Centro de Investigación y Educación Popular – Programa por la Paz (CINEP-PPP), presentó en cuatro zonas de país la reciente investigación que desarrolló sobre experiencias de reconciliación entre excombatientes y comunidades receptoras, que fueron seleccionadas como modelos de aprendizaje de cara al postconflicto.
María Alejandra Arias, investigadora del Equipo de Iniciativas de Paz, del CINEP-PPA, explicó que el trabajo se desarrolló durante un año y medio y se concentró en las regiones Valle, Eje Cafetero, Cesar y el Sur de Bolívar. “Se trata de iniciativas que han permitido identificar experiencias de cómo reconstruir relaciones quebrantadas durante el conflicto armado entre excombatientes y comunidades receptoras”, indicó.
Las cuatro iniciativas que hacen parte del libro ‘Aprendizajes para la Reconciliación’ son:
Colectivos de Café
Es una cooperativa de transporte que se ha mantenido por más de 20 años. Se conformó inicialmente con 52 excombatientes del Ejército de Liberación Popular (EPL), que se desmovilizaron en 1991 con un acuerdo del gobierno de César Gaviria Trujillo y que al día de hoy cuenta con 25 socios.
“Este proyecto buscó dar una alternativa de vida y de Reintegración a la sociedad económica y social de los excombatientes. Al día de hoy somos un proyecto exitoso, pues demostramos que la economía solidaria y de proyectos asociativos sí tienen viabilidad en el país, como un mecanismo para que las personas de escasos recursos generen sinergias y puedan competir en el mercado”, explicó Marino Alzate, gerente de esta Cooperativa de Transporte, durante la presentación de su iniciativa, en la ciudad Pereira.
Ganchos y Amarras del Valle
Es un proyecto asociativo que vincula desde el 2011 a personas excombatientes de grupos de guerrillas (Farc y ELN) y de las ex AUC, que se ha fortalecido gracias a confluencia del sector público y privado: la Agencia Colombiana para la Reintegración, la Fundación Carvajal, USAID, OIM y Siderúrgica de Occidente (SIDOC) y Eternit. Ganchos y Amarras produce distintos artículos para la fijación de tejas. A la fecha, generan unas 70.000 piezas de ganchos, en promedio cada mes.
“Nos ha vuelto la esperanza, como personas en reintegración, esta empresa garantiza el futuro de nuestros hijos y la tranquilidad de nuestras esposas. Ganchos y Amarras es una oportunidad de vida y una esperanza. Nosotros hemos identificado que lo pasado quedó olvidado, nuestras direcciones están apuntadas hacia lo mismo y es lo importante de esta convivencia que hoy tenemos a diferencia de lo que tuvimos en el pasado, aunque no nos conocíamos. Hoy en día somos nuevas personas y tenemos hermandad”, asegura Manuel Ballestas, uno de los socios de esta empresa, durante su intervención en Cali.
Proyectos Agropecuarios del Cesar
Son tres proyectos productivos rurales de excombatientes del EPL, ubicados en La Mesa (Valledupar), Becerril y Chiriguaná (Cesar), quienes lograron sacar adelante actividades de ganadería vacuna, piscicultura, y cultivos de maíz, arroz, entre otros, gracias a la oferta institucional, la formación académica con énfasis en lo agropecuario y a los espacios propiciados por la misma comunidad. Este grupo de excombatientes y las comunidades receptoras avanzaron en un escenario de Reconciliación y de convivencia pacífica, pese a haber sufrido, más adelante, una incursión paramilitar que les obligó a retomar los procesos avanzados.
Comité Cívico del Sur de Bolívar
Este Comité, que surgió desde la sociedad civil, impactó a cinco corregimientos del municipio de Simití (San Blas, Monterrey, El Paraíso, San Joaquín y Santa Lucía), que fueron afectados por las acciones de distintos actores armados. El Comité surgió con el fin de construir proyectos colectivos de vida campesina, entre comunidades receptoras victimizadas y exintegrantes de las ex AUC, que contó con el acompañamiento de la ACR.