En Popayán, José no sólo le da forma a la madera para elaborar camas, cocinas, armarios, también genera cuatro empleos directos y es sostenible en la legalidad. Historia exitosa de una persona en Reintegración que cambió la guerra por la ebanistería.
Las manos que en el pasado se alzaron en armas para defender su población, su familia, sus tierras, sus ideales, son las mismas con las que ha labrado su proyecto de vida en la legalidad. Esta es la historia de un carpintero, hecho a punta de esfuerzo. Se llama José*. Se desmovilizó de las antiguas Autodefensas Campesinas de Ortega, se reintegró y desde entonces no ha parado de tallar la madera.
Desde hace diez años, José conformó su propio negocio. No fue fácil –cuenta–, pero con empeño le fue dando forma al sueño de toda su vida: tener un taller de madera. Desde joven empezó trabajando en la carpintería, alternando con labores de agricultura, propias del corregimiento de Ortega, municipio de Cajibío (Cauca), la tierra que lo vio nacer y hoy lo ve triunfar.
“Antes sólo hacía camas, pero para enfrentar la competencia decidí también hacer armarios, cocinas integrales y comedores. La casa en la que vivo y este local también los hice con mis manos. Casi todo lo que tengo lo he hecho yo”, dice, mientras señala el resultado de su labor diaria.
Aunque José es de Ortega y su familia aún vive en ese territorio, hoy considerado ejemplo de Reconciliación y paz, decidió radicarse en la capital del Cauca para seguir puliendo este sueño de toda su vida. “Yo siempre había querido trabajar en la madera. Allá en Ortega lo hacía manualmente, y quería hacerlo con máquinas. Yo me formé trabajando. Trabajé en muchos talleres, pero tomé la decisión de vivir en Popayán. Mi proyecto era tener mi propio taller y gracias a Dios lo logré”.
Él recibió en el año 2014 un incentivo económico, de $4 millones, para el fortalecimiento de su unidad productiva. Gracias a esto, ahora cuenta con una sierra para recortar la madera, un trompo, un compresor, taladros y herramienta manual. Este beneficio fue otorgado por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
“Para mí es muy bueno este negocio porque de esto he vivido y he sacado a mis hijos adelante, he ayudado a mis sobrinos y a mi familia. He generado cuatro empleos directos. Hay momentos difíciles, pero en la ACR siempre nos han apoyado. Lo que uno se propone, con empeño uno lo logra”, agrega José.
En el departamento del Cauca –a diciembre de 2014– 466 personas han sido atendidas en el Proceso de Reintegración, de las cuales el 40% reside en Popayán. Además, 40 se encuentran ocupadas laboralmente en el sector formal y 266, en el sector informal.
(*) Nombre cambiado a petición de la fuente.