A sus 39 años de edad, Sandra distribuye el tiempo entre cuidar sus tres hijos, atender las labores del hogar e ir al colegio. La edad y las carencias económicas no han sido impedimento para perseguir el sueño de recibir un día su título de Educación Secundaria y de contar con las competencias para tener su propia empresa. Sandra acaba de terminar su formación en manipulación de alimentos con el SENA y también ciclo 4 de escolaridad, que corresponde a los grados octavo y noveno.
Brahian* tiene 19 años. Es un joven desvinculado de la guerrilla de las FARC, que un día logró escapar de las tenazas del conflicto armado. Acaba de terminar séptimo de bachillerato y avanza a buen ritmo su formación académica, con el acompañamiento de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR). Aunque no se conoce con Sandra, ambos comparten una misma realidad: un día abandonaron sus estudios y hoy anhelan terminar el bachillerato y tener su propio negocio.
Sandra y Brahian hacen parte de un grupo de 97 ciudadanos, la mayoría de ellos adultos, que viven en Popayán y que se le han medido a la tarea de volver a un salón de clases, de repasar, de exponer, de hacer talleres, de tener compañeros, de tener conocimiento. Todos ellos están matriculados en Instituciones Educativas públicas como Los Comuneros y Francisco Antonio Ulloa, donde se viene implementando desde el 2014 el Modelo de Educación y Formación para la Reintegración –MEFR–.
Este Modelo de formación, liderado por la Fundación Internacional de Pedagogía Alberto Merani –FIPCAM– y la Agencia Colombiana para la Reintegración, con el apoyo de la Secretaría de Educación Municipal, permite que población vulnerable, víctima de la violencia y personas en proceso de reintegración nivelen sus grados de escolaridad, al tiempo que reciben formación para el trabajo, por parte del SENA, así como competencias ciudadanas y sobre reconciliación.
"Estoy estudiando gracias a Dios y tengo la oportunidad de superarme cada vez más, no tengo las mejores notas, pero no bajo de cuatro. Gané el año y voy a seguir superándome para montar un negocio y meterme a hacer un curso en el SENA. Mi proyecto de vida es montar mi propio negocio", comparte Brahian, quien está en proceso de reintegración.
Por su parte, Sandra, quien residen en un sector vulnerable de Popayán, señala: "Todo lo que compartimos con mis compañeros fue muy agradable, de unos a otros nos ayudamos. Colombia le está apostando a una educación excelente y tenemos que lograr sacar nuestro país adelante, porque hay mucha violencia. El objetivo mío es montar un restaurante, con un compañero mío".
En Popayán, ya son 192 los adultos que han cursado ciclos 1, 2, 3 y 4 de escolaridad, durante los años 2014 y 2015, a través del Modelo de Educación y Formación para la Reintegración. Además, algunos de ellos pertenecen a la comunidad del Valle del Ortigal, un barrio al suroccidente de Popayán, donde se adecuó un espacio para que sus habitantes recibieran las clases.
Yuly Stella Benavides, coordinadora regional del MEFR en el departamento del Cauca, resalta: "Trabajamos desde hace dos años en Popayán, para formar personas que pertenecieron a grupos armados de la ley y están haciendo su proceso de reintegración, que son acogidas dentro de las instituciones educativas, lo mismo que sus familias y comunidad en general. Vemos plasmadas dentro de estas instituciones a víctimas y victimarios y es satisfactorio ver que una persona que pudo haber ocasionado un acto de violencia ahora se está formando y haciendo parte de esta sociedad".